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260 cocinas solares para la Amazonía

260 cocinas solares para la Amazonía

La segunda fase del proyecto de Cocinas Solares para la Amazonía se desarrolla a pleno con la entrega, armado y capacitación en el uso de un total de 260 cocinas, que sirven a ese número de familias campesinas indígenas en el norte de La Paz y en Beni. “Cada cocina solar, a pesar de su simpleza, es un instrumento tan maravilloso que le ahorra al planeta dos toneladas de Dióxido de Carbono (CO²) al año. Si pensamos en estas 260 cocinas amazónicas, en conjunto ahorran 500 toneladas de Dióxido de Carbono por año. En dos años son 1000 toneladas de CO². Esta es una militancia activa por el cuidado del medio ambiente. Datos como ese ayudan a difundir tecnologías simples como la de la cocina solar, que cuida al planeta, cuida la salud de las personas, aliviana el trabajo de las mujeres, incorpora a hombres, niños, personas de la tercera edad al trabajo doméstico. Son razones suficientes para intentar que todas las mujeres de Bolivia y del planeta tengan una cocina solar”, aseguró Magda Catorceno, presidenta de la Asociación Inti Illimani.

Jasiaquiri

En Baures, al noreste de Beni, se acaba el camino de tierra luego de viajar 12 horas desde Trinidad y cruzar en pontón algunos ríos. Más allá, atravesando 100 kilómetros de haciendas y montes pantanosos, empieza Brasil. Es una zona ganadera y chocolatera, con bosques de cacao silvestre que aprovechan las comunidades de este municipio, donde cuentan con el apoyo del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA).

Una de estas comunidades es Jasiaquiri, donde nada falta. En los chacos crecen toda clase de vegetales, en el monte hay animales para cazar y en los ríos peces por pescar. Y la temporada de cosecha del cacao otorga algunos pesos, que sirven más que nada para mandar a hijas e hijos a estudiar. Por eso en esta región se nota un hueco en la población de entre 18 y 30 años, quienes mayormente emigran a las ciudades o al extranjero.

Aquí se reunieron familias de tres comunidades para armar sus cocinas junto al equipo de Inti Illimani, recibir capacitación sobre su uso, y llevárselas a sus casas.

Durante tres días lijaron, pintaron, martillaron, atornillaron; también rieron, compartieron anécdotas, afianzaron sus vínculos. Aquí se entregaron 38 de las 260 cocinas que funcionan en comunidades como Nueva Betania, Bermeo, Avaroa, Bella Selva, Real Beni, Asunción de Quiquibey, Capaina, Bella Altura, Zoraida y Nueva Reyes, entre otras.

Este proyecto tomó tal dimensión, que es prácticamente imposible realizar un monitoreo comunidad por comunidad sobre el uso de las cocinas. Por ello, en esta segunda etapa se brinda capacitación a dos personas por comunidad para que se encarguen de efectuar el correspondiente monitoreo e informen a su vez a las organizaciones de la sociedad civil implicadas en esta iniciativa.

“Vamos a experimentar muchas cosas con las cocinas solares”

Carmen Ojopi Durán vino de la comunidad de Altagracia. Ella es presidenta de la Asociación de Recolectores y Productores de Cacao Baures (Arepcab), integrada por cinco comunidades cercanas. “Las cocinas son favorables para nosotros, que trabajamos en los chacos. Bienvenidas sean. Estoy contenta de haber tenido la oportunidad de que nos doten una, porque ahora podremos dejar preparadas las comidas antes de ir a trabajar. Y para cuando regresamos del chaco, la comida ya nos espera lista”, dijo.

“El sabor es muy rico. Casi todo es igual que cuando se lo prepara con leña o garrafa. Todo depende de las manos de quien prepara la comida”, agregó doña Carmen.

“Una, como ama de casa, tiene que hacer todos los trabajos que nos quitan tiempo. Hay que juntar el fuego, sacar leña… Si la cocina es a gas, comprar gas, que nos llega a costar Bs. 50 una garrafa cargada. En mi familia somos 11 y nos dura 18 días la garrafa. La leña no es tan fácil de conseguir, porque los chacos no son muy cerca y nos tenemos que pagar un carrito para traerla”, afirmó.

“En época de lluvia, nuestras cocinas humean demasiado por la leña mojada. La ventaja es que estas cocinas solares funcionan haya o no haya sol, porque en estos talleres estamos aprendiendo a usarla como caja térmica”, dijo la presidenta de la Arepcab.

“En estos meses vamos a experimentar muchas cosas con las cocinas solares. Por un lado, vamos a ver si nos sirve para secar el cacao. Pero también vamos a hacer horneados, rosquetes, suspiros, cuñapé, porque no se cocinan con el fuego tan caliente. Son ventajas que vamos a tener”, agregó.

“De parte de todas las comunidades, quiero agradecer a todas las organizaciones que realizan este proyecto. Nos han hecho una gran sorpresa de llegar hasta acá. Me alegra que puedan llegar acá y no que solo nosotros vayamos para allá. Es el último pueblo acá, que es muy lindo, las tierras son muy hermosas, la gente es bienvenida con los brazos abiertos”, aseguró doña Carmen Ojopi.

“Nunca nos llegan proyectos de políticos”

Lorenza Ocare Molina es representanta de las mujeres de la comunidad El Cairo. Comentó que “con esta cocina vamos a tener más facilidades para descansar, hacer otras cosas. Tendremos más espacio para estar con nuestros hijos, revisar sus cuadernos, ver qué tarea han hecho. Agradecemos a quienes impulsan este proyecto y les pedimos que no se olviden de las comunidades alejadas, porque a nosotros nunca nos llegan proyectos de políticos. Es una ayuda para nosotros, que no tenemos dinero para comprar una cocina. Para este proyecto de cocinas solares, hemos dado nuestra contraparte de Bs. 120, que no es nada considerando la utilidad que nos va a dar esta cocina”, dijo.

Aidé Vásquez Salvatierra es de Jasiaquiri. “Nunca hemos tenido un regalo como ahora estamos teniendo. Nunca soñé ver estas cocinas solares como ya las estamos viendo y ya vamos a tener en nuestras casas. Los Bs. 120 para mí no es nada. Si bien todos somos pobres, vivimos de nuestros chacos, pero buscamos la posibilidad y conseguí para pagar mi cocina. Estoy muy contenta ingeniero, estoy contenta de tener estas cositas”, dijo la señora.

“Yo soy pobre, no he tenido posibilidad de comprar ni cocina ni garrafa, que vale Bs. 200 y poco. Y ahora casi el monte no nos está dando leña, porque no hay ya monte alto que tenga harto palo para la leña”, dijo doña Aidé.

Con este proyecto se apunta a que las mujeres no sean esclavas de la cocina y que, más bien, toda la familia participe en la preparación de alimentos, lo cual propicia la cocina solar dado su uso sencillo. “La mujer se levanta y es primero coger su escoba y tirar la limpieza a la vivienda, juntar su fuego, hacer el desayuno mientras barre el patio con tantas hojas y plantas. Todos los días hay que hacer quehaceres de la casa. En cambio, el hombre no colabora mucho. Mi esposo llega del chaco, ahí se sienta a ver la tele. Una llega rendida, tiene que coger su olla y hay que cocinar porque hay que comer. Es raro el hombre que ayude a la mujer, aunque he visto algunos que lavan, cocinan y barren también”, sostuvo.

Las 7800 cocinas de Inti Illimani

Magda Catorceno Aguilera y el equipo de Inti Illimani (integrado por Miguel, Soledad, Hernán y Noelia), recorrieron buena parte de la Amazonía junto a maderas, aluminios, vidrios, lana de oveja, clavos, tuercas y pintura naranja, todo para hacer las 200 cocinas que ya están en funcionamiento. “La gente está muy contenta y muy dispuesta a experimentar con su cocina solar. Una cosa que nos alegra mucho es que las van a usar para deshidratar y tostar chivé, que es un producto de yuca que hacen todas las familias”, dijo.

“En otras comunidades han tostado las semillas de cacao. Acá todavía no es tiempo de cosecha, así que no hemos podido experimentar. También hemos visto predisposición a hacer mermeladas, que también se puede preparar en la cocina solar. Asimismo, sirve para esterilizar frascos”, comentó Magda.

“Para Inti Illimani ha sido un desafío… y yo diría que salimos exitosos. Después de la experiencia piloto de 2015 con cuatro cocinas para cuatro familias, dos de San Buenaventura y dos comunidades cerca de Trinidad, el año pasado nos hemos expandido a 60 cocinas. Y todas las familias quedaron satisfechas. La demanda ha crecido, por eso este año hacemos 200 cocinas. Para Christian Aid, la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático, Soluciones Prácticas y CIPCA, e Inti Illimani como operador, es una experiencia muy rica. Estamos llegando a gente que realmente necesita de este instrumento no solo para disminuir la cantidad de combustible, también para mejorar sus condiciones de vida”, dijo la presidenta.

En las comunidades, la cocción del tradicional somó toma varias horas con fuego a leña, porque se utiliza un maíz muy duro. “Se ha comprobado que el somó se puede preparar con 10 a 15 minutos de cocción, luego se lo introduce en la cocina solar como caja térmica. Y a la mañana siguiente ya está listo. Ciertamente, también en todas las comunidades hemos hecho que las señoras preparen sus propias recetas”, dijo.

En sus 20 años, Inti Illimani siempre trabajó con poblaciones del Altiplano boliviano. “Teníamos temor de que la humedad de esta zona podía impedir un uso eficiente de la cocina, pero después de dos años de experiencia estamos muy contentos con los resultados”, dijo Magda. Desde su creación, esta asociación llegó con cocinas solares a 7800 familias de toda Bolivia.

“Es obligación del adulto pensar que de nosotros depende el cambio de matriz energética. Si los niños se acostumbran a ver que el sol sirve para cocer alimentos tan exquisitos y agradables, es punto a favor. Podremos mirar a los niños de frente y decirles que hicimos lo que pudimos, que ahorramos dos toneladas para que el planeta que reciben mantenga la belleza que hoy tiene”, expresó Magda.

“Hay mucho entusiasmo de las señoras en participar del Recetario de Cocina Solar en la Amazonía. La segunda edición que hagamos imprimir ha de traer muchas sorpresas, porque las señoras tienen mucha expectativa en probar nuevas recetas en la cocina solar. Si a las mujeres se las trata con mucho cariño y se les deja ser libres, experimentar, siempre vamos a tener muchas sorpresas. Yo pediría a Christian Aid y a otras instituciones que permitan que este proyecto avance, que no descansen en la tarea de buscar otros financiamientos para seguir diseminando las cocinas solares”, afirmó Magda.

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