Articulaciones de América Latina y el Caribe llaman a sumarse a la lucha por la Justicia Climática

Por PBFCC

La crisis climática es innegable y los esfuerzos reales para detenerla no vienen de las grandes empresas ni estados, sino que de la mano de comunidades en resistencia que se han articulado ante el crítico momento.

En este panorama, entre el 22 y el 26 de mayo se llevó a cabo el Encuentro Regional de Justicia Climática de América Latina y el Caribe en Bogotá, Colombia. El objetivo fue encontrar por primera vez de forma presencial a las organizaciones que hacen parte de la Plataforma Latinoamérica y del Caribe por la Justicia Climática (PLACJC) y la Campaña Global para Exigir Justicia Climática (DCJ).

Así compartieron en encuentros y asambleas, donde también se levantó un Foro de Justicia Climática en la Universidad Nacional de Colombia. Las conclusiones de las jornadas llegaron a ratificar la «convicción sobre el origen sistémico de la crisis climática y civilizatoria, anclada estructuralmente al capitalismo, al extractivismo, al colonialismo, al desarrollismo, al racismo, al antropocentrismo, a la explotación de las trabajadoras y trabajadores y al patriarcado», como expresa su declaración conjunta.

Las articulaciones, que renovaron su compromiso, apuntan a reales y justas soluciones al cambio climático, como «dejar todos los combustibles fósiles bajo tierra, acabar con el modelo agro-industrial y eliminar la minería a gran escala».

A la vez, expresaron su «profunda desconfianza» frente a los espacios de negociación de la CMNUCC, los que, declaran, «se han convertido, a través de la captura corporativa y la complicidad de los gobiernos, en una farsa para perpetuar el sistema injusto y depredador mediante falsas soluciones como los esquemas de compensación, los mercados de carbono, la geoingeniería y la tecnociencia político-corporativa ensamblada por las multinacionales, entre otras».

La PLACJC, nacida en pandemia y la DCJ, nacida en 2012 pero que inaugura en pandemia su capítulo latinoamericano, aprovecharon la instancia para convocar a las organizaciones y movimientos sociales de América Latina y el Caribe a «sumarse a la lucha por la justicia climática y la justicia social, desde los territorios, en respeto de los derechos humanos y de la naturaleza».

También hicieron un llamado conjunto a «los actores de la ciencia, la educación, la política pública y la prensa a abandonar el discurso hegemónico del colapsismo y la tecnocracia que impide avanzar» y a las «organizaciones de mujeres, feministas decoloniales, populares, comunitarias y del Sur a unirse a la lucha por la justicia climática».

Ambas articulaciones definieron su total respaldo a las organizaciones ecuatorianas, en el marco de la próxima consulta popular del 20 de agosto para mantener definitivamente el petróleo bajo tierra en el bloque 43 del .

Puede leer la declaración aquí