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COP 27, con algunos avances por presión de la sociedad civil

COP 27, con algunos avances por presión de la sociedad civil

Por Juan Carlos Alarcón*

Del 6 al 20 de noviembre de 2022, en la ciudad de Sharm-el Sheikh Egipto, se ha desarrollado la Conferencia de Partes COP 27, con un retraso y una ronda de negociación que comenzó el viernes y finalizó la madrugada del domingo más allá de las tres de la mañana, con la inclusión de un fondo financiero para las pérdidas y daños, salva un acuerdo que no concreta las medidas claves de implementación.

Sin embargo, este “es un primer paso en un proceso para rectificar la injusticia sistémica hacia miles de millones de personas, particularmente en el Sur Global, que son los menos responsables, pero están en la primera línea de la crisis climática.

Aquellos que están sufriendo impactos climáticos devastadores; inundaciones, sequías, huracanes y aumento del nivel del mar, tendrán alguna esperanza de que se respete su derecho a acceder a la ayuda” (dice CAN en su comunicado de prensa del 20 de noviembre).

Para CANLA, de la que la PBFCC es parte, es una clara victoria porque en esta COP ha sido el tema prioritario y usaron todas las herramientas necesarias juntamente con los países del Sur, para ejercer una presión sostenida sobre las naciones ricas para que asuman la responsabilidad de la crisis que han causado históricamente.

Pero, además como dice en la nota de prensa de CAN Internacional, “con la creación de un nuevo Fondo de Pérdidas y Daños, la COP27 ha enviado un disparo de advertencia a los contaminadores de que ya no pueden quedar impunes con la destrucción del clima. De ahora en adelante, tendrán que pagar por los daños que causan y son responsables ante las personas que se enfrentan a huracanes enormes, inundaciones devastadoras y aumento del nivel del mar. Los países ahora deben trabajar juntos para garantizar que el nuevo fondo pueda volverse completamente operativo y responder a las personas y comunidades más vulnerables que enfrentan la peor parte de la crisis climática”.

El tema de los combustibles fósiles también ha generado controversia. El acuerdo, en la línea de su predecesor en Glasgow, no avanza en los compromisos y vuelve a utilizar la fórmula ambigua del “abandono progresivo del uso del carbón y la supresión de las ayudas públicas ineficientes a los combustibles fósiles”. Además, el texto sitúa a “las energías con bajas emisiones” al mismo nivel que las energías renovables, lo que puede suponer de hecho un retraso a su desarrollo.

Sobre el tema de financiamiento climático el documento final no incluye grandes avances, se abre la posibilidad de añadir fondos privados para generar vías adicionales de financiación, también ha considerado que se siga trabajando el mecanismo de financiamiento mediante mecanismos no vinculados al mercado de carbono. Otro de los aspectos claves de la discusión se ha centrado en la mitigación. A lo largo del desarrollo de la COP27 se han ido repitiendo los mensajes que apuntaban a que el límite del 1,5 °C se iba a relajar, exigiendo mayor ambición a las partes en sus NDCs.

Finalmente se han concretado más de una treintena de acuerdos bilaterales en torno al cambio climático, uno de los que tiene que ver con nuestro país o va afectar es: Los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; Venezuela, Nicolás Maduro, y Surinam, Chan Santokhi, han lanzado un llamamiento a los países de la cuenca amazónica para establecer una Alianza por la Protección de la Amazonía, que debemos tomar en cuenta para el próximo XI FOSPA que se va desarrollar en Bolivia.

*Juan Carlos Alarcón es Secretario Técnico de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático

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